Prácticas artístico-culturales
Acerca de la imagen de tapa: La Dama de las Llamas de Adrián Pandolfo, 2024
Espacio, territorio, naturaleza e identidad marcan puntos de clivaje en la obra de Adrián Pandolfo. Nacido en 1964 en la ciudad de Buenos Aires, el artista, formado en las escuelas de Bellas Artes Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón, a sus 24 años decidió vivir y formar familia en Chubut. Su trabajo como docente rural a lo largo de toda la provincia durante 25 años, marcó el ingreso del paisaje patagónico en sus producciones plásticas. La calidad y relevancia de sus obras lo han llevado a exponer muestras individuales en el país, tales como: Desde Puerto Rawson, Palais de Glace, de la Ciudad de Buenos Aires (1993); Fronteras, en el Centro Cultural Municipal de Trelew, Chubut (2005); Intersticios de la historia en el Centro Cultural Melipal, Esquel, Chubut (2015); Manchitas de Río en el Espacio Esteban Ferreyra, Rawson, Chubut (2024); De la Huella al Camino en el Museo Municipal de Artes Visuales, Trelew, Chubut (2024); y en el exterior: en el Museo Municipal de Arte, Ourense, Galicia (2008) y Como una suave brisa de otoño, Galería Visol, Ourense, Galicia (2014).
De igual manera participó en numerosas exposiciones colectivas: en el Museo del Grabado, Bueno Aires (2002); en el Galway art centre y en Oscar Wilde House, Dublín, Irlanda (2003); Gráfica x 3 en Carto, Art Disein, Barcelona (2005); en el Centro Cultural Cheventon, París (2008); Centre Cultura Contemporánea de Pardinyes, en la ciudad de Lleida, Catalunya (2008); Arte social argentino en el Museo de Arte y Memoria de La Plata (2005); Argentina pinta bien, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires (2005); Muestra itinerante, trío xilográfico, en el Museo Roverano, Quilmes y en la Galería Blanco Encalada, Buenos Aires (2015 /2016); La Huella, Salas Federales, Buenos Aires (2018); Territorio Aumentado, Salones de Exposiciones del Centro Cultural Provincial (CCP) de Rawson, Chubut (2022), entre otras. Además, obtuvo becas como las de la Fundación Antorchas en 1995 y en 2005, y de la Presidencia de la Nación en 1999. Ha sido reconocido con los premios: I Premio Salón Nacional de Artes Visuales 2015; II Premio Salón Nacional de Artes Visuales 2007; Premio Artes Visuales Comodoro Rivadavia, Chubut, 2007; I Premio IL Salón Manuel Belgrano, Museo Sívori, 2004; I premio Bienal Iberoamericana de grabado Xylon 2003; Gran Premio de honor Salón Municipal de Esquel, Chubut, 2003.
La Dama de las Llamas, su serie de grabados y dibujos más reciente, resulta representativa de la vasta trayectoria de Pandolfo, en su búsqueda por explorar visualmente el impacto que la extensión y la inmensidad de la Patagonia le generaron a lo largo de su vida en este punto geográfico de la Argentina. Sin embargo, no se trata solo de ilustrar esta tierra singular de mesetas y estepas arbustivas y graminosas. Como ha hecho en otras obras, el artista trabaja la territorialidad en tanto huella de la naturaleza, pero en estrecho vínculo con la construcción social y cultural de las identidades locales. En las xilografías que acompañan esta reseña, podemos observar el diálogo entre lo figurativo y lo conceptual. De admirable dominio técnico de este arte gráfico -no casual en su elección si comprendemos al grabado como rastros impresos o tallados- Pandolfo busca expresar en sus creaciones la manifestación simbólica de la memoria colectiva de los pueblos que habitaron y habitan estos territorios. Memorias que, en sus propias palabras, refieren a “esa identidad cultural que supieron construir a través de su historia, de sus luchas hasta lograr la conquista de sus derechos”1. La mujer, que emerge por la noche envuelta en llamas, personifica a la Madre Tierra, y esta es, para el artista, la figura que guía al pueblo hacia la victoria y la recuperación de sus derechos. Las flechas, que van y vienen en distintas direcciones, pueden interpretarse como la esperanza que se dirige, vitalmente, desde el presente hacia el futuro, sin olvidarse del pasado. La mirada de Pandolfo nos sumerge en los vestigios de lo ancestral, en la revalorización y el respeto de la tierra transformada en el territorio que se habita. Allí se anudan las memorias de las resistencias de los pueblos, las demandas actuales y el anhelo de un futuro más justo para las generaciones vivas y venideras.
Notas