Reseñas de libros
Peller, Mariela (2023). La intimidad de la revolución. Afectos y militancia en la guerrilla del PRT-ERP. Buenos Aires: Prometeo Libros (Pasados Presentes), 182 pp.
Afectos, vida cotidiana y militancia revolucionaria son las tres claves con las que Mariela Peller propone releer las concepciones y prácticas del Partido Revolucionario de los Trabajadores- Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP) así como las memorias de sus militantes sobre su accionar en la década de 1970, para comprender La intimidad de la revolución. A través de una trama de documentos internos, prensa partidaria y testimonios, y desde una perspectiva teórico-metodológica que considera los clivajes que introduce la categoría de género al estudio de la política revolucionaria de los años setenta, Peller recompone sentidos, lógicas internas y paradojas emergentes en el encuentro tenso que se produce entre los órdenes de la militancia y de la vida cotidiana. Así, mientras sigue el proyecto político-militar del PRT-ERP –común en términos generales a otras experiencias revolucionarias de la época- y su intento por regular por medio de postulados y prescripciones disciplinarias la totalidad de la vida cotidiana y la emergencia de los afectos, el libro despliega las implicancias paradojales de este reconocimiento que subsumía lo cotidiano y lo íntimo a los mandatos de la política y de la revolución. Pese a esta jerarquización, sostiene Peller, más que la obediencia o la convicción, lo que sostuvo las prácticas cotidianas de la militancia armada fue el desborde de la intimidad de/en el deseo de la revolución.
El análisis preciso del conjunto heterogéneo y consistente de materiales que produce la autora da cuenta de la articulación entre su amplio conocimiento de los antecedentes en los estudios historiográficos y desde las ciencias sociales sobre la militancia armada en la década de 1970 y los estudios sobre memorias del pasado reciente en nuestro país, con la búsqueda de nuevas preguntas desde perspectivas de género y feministas. El cuerpo teórico que sustenta este análisis incluye tanto autoras fundamentales de los estudios de género y las teorías feministas como Joan W. Scott, Judith Butler y Sara Ahmed, como a otrxs que, desde las ciencias sociales y la historiografía, han abordado de forma original la problemática de la vida cotidiana y los afectos en la política revolucionaria durante los setenta como Ana Amado, Carlos Brocato, Isabella Cosse, Elizabeth Jelin, Norbert Lechner, Alejandra Oberti y Héctor Schmucler.
La noción de paradoja juega un rol central en esta articulación pues muestra la persistencia de discursos universalistas basados en la dicotomía entre lo público y lo privado, en la reproducción de la división sexual de las prácticas político-militares y en la figura masculina del “hombre nuevo”. Estos tres aspectos revelan la dificultad de las organizaciones guerrilleras como el PRT-ERP para reconocer la significación contingente de la diferencia sexual y de la relación entre cuerpos y discursos. Por medio de esta persistencia de la relación entre lo privado y la intimidad con la política y la opción revolucionaria, Peller indaga en los límites históricos de la apuesta revolucionaria de los 70, en sus efectos en el imaginario presente de transformación subjetiva, social y política.
El libro se organiza en dos partes que representan la temporalidad diferencial de las dos series de materiales que conforman el corpus analizado, la primera dedicada a los discursos producidos por el PRT-ERP en forma de documentos internos y publicaciones partidarias; la segunda dedicada a las narrativas testimoniales que recuperan reflexivamente experiencias subjetivas sobre las prácticas y las perspectivas de la militancia en esta organización. Así, la primera parte, “El tiempo de la revolución”, desarrolla cuatro capítulos en los que Peller indaga en las implicancias de dichos discursos sobre la concepción partidaria de la relación entre las prácticas militantes y los cuerpos, los afectos, la idea de totalidad y la institución familiar, y los límites que los mismos suponían para el proyecto revolucionario. La segunda parte desarrolla en dos capítulos “Las revueltas de la memoria”, un análisis atento y minucioso de las instancias reflexivas en las narrativas testimoniales de militantes, que la autora recupera a partir de testimonios orales –mayormente relevados en el Archivo Oral de la Asociación Civil Memoria Abierta-, y algunos otros publicados en entrevistas y libros colectivos. A continuación, me detendré brevemente en algunos de los elementos que despliegan los capítulos, que nos permiten comprender el desafío analítico de este libro, y que hacen de su lectura una tarea imprescindible para problematizar los abordajes sobre el pasado reciente y sus apuestas.
El capítulo “Poner el cuerpo” Peller aborda la prensa partidaria para explorar el complejo vínculo entre corporalidad y discursos en el proyecto político-revolucionario del PRT-ERP, señalando que pese a la “ceguera” acerca de la importancia de los cuerpos combatientes, y sobre el modo en que estos son afectados por la diferencia sexual, cuerpo, género y generación son dimensiones que desbordaron la noción masculinizada de “hombre nuevo” y sus pretensiones universalistas. En “El corazón de la revolución”, la autora analiza en la prensa partidaria la construcción de una retórica sentimental sobre la revolución a través de la elaboración de escenas discursivas en las cuales los usos metafóricos de las figuras de familia, las narrativas romantizadas sobre las vidas revolucionarias en la forma de necrológicas heroicas, la exhibición de la intimidad como ejercicio de humanización (sus itálicas, p. 72), y la construcción de una idea integral de la vida cotidiana en relación a la disciplina partidaria, es decir, el modo en que los sujetos son convocados en el marco de una política revolucionaria. Así, en el siguiente capítulo, “La vida toda entera”, explora un conjunto de documentos internos a través de los cuales el Partido intentó normar y codificar diferentes aspectos de la militancia y su articulación con la vida cotidiana, tratando sin embargo de mantener la separación entre lo público/político y lo privado/íntimo al tiempo que se reforzaban creencias y compromisos, una entrega “en cuerpo y alma” que se conjugaba en los tiempos y espacios fuertemente restringidos de la vida militante en la clandestinidad. El último capítulo de la primera parte, “Para una crítica de la vida cotidiana”, se concentra en el análisis del documento interno “Moral y Proletarización”, a través del cristal del género para visibilizar los límites que la ceguera a la diferencia sexual supuso para la imaginación y la transformación de “nuevas formas subjetivas, familiares y amorosas” (p. 95). Este documento, que ha recibido diversas lecturas y análisis en los estudios sobre las izquierdas revolucionarias, desplegaba la mirada prescriptiva sobre el rol de la familia, la pareja y las tareas domésticas y la crianza que, pese a proponerse como una crítica a la vida burguesa, reenviaba esta dimensión de lo cotidiano al mundo de lo privado y la colocaba en una jerarquía inferior, un medio para el cumplimiento sin obstáculos (afectivos, familiares, sexuales, etc.) de las tareas del revolucionario.
La segunda parte agrupa los capítulos “Narrar después” y “Vidas precarias. La cotidianeidad de la violencia”, donde Peller despliega un preciso análisis de relatos testimoniales, que atiende al orden de la enunciación y de la afectividad en el discurso, sobre la militancia y la vida cotidiana, las tensiones y choques que estas esferas de la vida producían en el vértigo de las tareas y mandatos que intentaban regular y disciplinar la vida en su totalidad. En estos capítulos la autora se enfoca en el modo en que esa mirada reflexiva testimonia sobre la responsabilidad en relación a la violencia revolucionaria y encuentra en el orden de lo privado, específicamente en la crianza y el cuidado de las/los hijos, como herederos imaginados de la revolución, las limitaciones de un proyecto revolucionario que excluía aspectos centrales de la subjetividad.
En las conclusiones Peller señala que “La lógica del reconocimiento y la cancelación de lo privado-cotidiano fue la expresión de una concepción estrecha de la política, que se enlazó con las intenciones totalizantes del Partido” (p. 166). Este estudio perspicaz y cuidadoso, que despliega con gran maestría argumentos y perspectivas fecundas, no sólo da cuenta de estas tensiones y sus limitaciones sino también del desafío persistente de imaginar transformaciones sociales y su transmisión a las futuras generaciones.