ALE Aletheia, vol. 15, nº 28-29, e206, junio 2024 - mayo 2025. ISSN 1853-3701
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Maestría en Historia y Memoria

Reseñas de tesis

Trovero, Julián (2023). ¿La escritura del Dios o el autor disuelto? Hacia una crítica de la antropología posmoderna para pensar el pasado reciente. Tesis para optar por el título de Magister en Historia y Memoria

Paula Denise Franco Häntzsch

Archivo Nacional de la Memoria / Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Cita recomendada: Franco Häntzsch, P. D. (2024). [Revisión de tesis ¿La escritura del Dios o el autor disuelto? Hacia una crítica de la antropología posmoderna para pensar el pasado reciente por J. Trovero]. Aletheia, 15(28-29), e206. https://doi.org/10.24215/18533701e206

La tesis de Julián Trovero se inscribe en el campo de la teoría antropológica pero funciona, a su vez, como valioso aporte para pensar las relaciones entre historia y memoria y, en particular, la escritura del pasado reciente. Utilizando como guía la tesis de Sazbón (2008) sobre la “devaluación de la conciencia histórica”, el autor analiza los principales aportes de grandes referentes de la antropología clásica, estructuralista y posestructuralista, además del canónico trabajo de Hayden White sobre metahistoria, en busca de “las lógicas que conectan estos cuerpos teóricos” (2023, p. 9). De esta manera, se consolida un diálogo crítico con la categoría del autor y la “autoridad” en la antropología posmoderna.

La tesis se estructura de manera ordenada, presentando en la introducción los objetivos y las preguntas de investigación, además de un acercamiento al marco teórico que se irá profundizando a medida que se adentra en cada dimensión de análisis. Luego, cada capítulo incorpora un elemento perfectamente delimitado del corpus. En el capítulo I, analiza la obra de Lévi-Strauss en relación al “repliegue al código”, a la vez que explica con mayor detenimiento esta idea, y vincula las principales ideas de Hayden White con un “antropología del texto”. En el capítulo II, repite esta operación pero con el foco puesto en el “repliegue al texto”: aquí al objeto de análisis se suma la obra de Clifford Geertz, en la que encuentra el germen de una “devaluación textualista” de la antropología. En esta instancia, pone especial interés en el concepto de cultura, lo que luego se hilará con el capítulo III. En este apartado, el autor trazará un vínculo con los estudios culturales a partir de la idea de textualización y “poetización de la antropología” y, de esta manera, justifica la pertinencia de su tesis, en vista de que la problemática que señala permanece en una escuela antropológica absolutamente vigente en la actualidad. Por último, en el capítulo IV explicita la incorporación de su análisis al proceso de construcción del pasado reciente, con eje en la metodología, el lugar de enunciación, la experimentación, la escritura y el testimonio.

El artículo de Sazbón que se presenta como principal referente teórico rastrea en los estudios de memoria ciertas convicciones que tienden a desplazar la conciencia histórica como puente “entre la actividad del historiador, la ilustración reflexiva de la sociedad y la proyección política de un saber” (2008: p. 73, citado en Trovero, 2023. p. 7). Esta “devaluación” de la conciencia histórica es la que el autor analizará en el corpus teórico propuesto, encriptada en la narrativa estructuralista y posestructuralista y abordada a partir de lo que llama “repliegues teóricos”: la “retirada al texto” y la “retirada al código” (Sazbón, 2008).

En base a esto, Trovero afirma que en los trabajos de Lévi-Strauss ya puede vislumbrarse el principio de una “reformulación de la conciencia histórica” en la antropología. Trabaja sobre el concepto de “estructura” y su relación con las disciplinas histórica, lingüística y antropológica, además de sus elaboraciones sobre el mito. Para el autor, el tan mencionado debilitamiento empieza con una relativización y adelgazamiento sistemático de la historia, llevado a cabo por Lévi-Strauss cuando, al plantear el inconsciente como un lugar válido de conocimiento, “desbarata el rigor de la observación” y desecha los modelos conscientes por los cuales un grupo humano se describe a sí mismo (2023. p. 19). Al equiparar la conciencia histórica con la conciencia mítica, como hace el estructuralismo, se da el “repliegue hacia el código” que contiene, además, el “repliegue al texto”. La obra de White (1973), que propone un “giro textualista” en la historiografía, traza un puente entre las nociones de Lévi-Strauss y los desarrollos de la antropología posmoderna, ya que busca “establecer una serie sistemática de estructuras y estrategias conceptuales, principalmente lingüísticas, que los historiadores y filósofos de la historia utilizan” (2023, p. 35). El trabajo de White es, a la vez, contemporáneo al surgimiento del interpretativismo de Geertz.

Respecto a la obra de Geertz, el autor señala que resulta necesaria para comprender el “giro textualista ya que en La interpretación de las culturas (1973), su ensayo sobre la “descripción densa” anticipa el camino de la metaetnografía ―y, por qué no, también de la metahistoria― al proponer “pensar la etnografía como una ficción” (Trovero, 2023, p. 44). Esto acabará por definirse en El antropólogo como autor (1989). En líneas generales, Geertz plantea nuevos objetivos a la antropología, orientados a la ampliación del discurso humano y al reconocimiento de la diversidad como característica principal de la humanidad, que suponen, nuevamente, una reformulación de la conciencia histórica. Para Trovero, el pasaje de la “cultura-como-una-lengua” ―es decir, como un sistema de reglas subyacentes― de Lévi-Strauss a la “cultura-como-un-texto” en Geertz ―un espacio en el que se inscriben los discursos y la acción simbólica dejando una huella― contiene el germen de la devaluación que devendrá en “el-texto-como-una-cultura” en la antropología posmoderna. El comienzo de la “devaluación de la teoría” puede verse desde el momento en que pasa de buscar lógicas profundas a “sostenerse como un proyecto descriptivo de la(s) cultura(s) en sus diferencias irreductibles” (2023, p. 51).

En el capítulo III “La poetización de la antropología”, el “repliegue al texto” señalado por el autor se vuelve evidente: la insistencia en los modos de representación y el carácter ficticio de la antropología, que aparecen como elementos constitutivos de la antropología, permiten ver, además, el puente trazado con Hayden White. La antropología posmoderna, según Reynoso (2008), toma los postulados de la antropología interpretativa y los profundiza y redirige a los fines propios. De esta manera, la idea de la etnografía como “ficción” ―que no alude a los “falso” sino a lo “construido”― cambia, consolidando un concepto de cultura como una fragmentación del concepto de cultura semiótico que lo precede, para ya no abordar la cultura como si fuese un texto, sino “para problematizar nos textos etnográficos como si fueran materiales propios de una cultura” (Trovero, 2023, p. 69), reduciendo los problemas de la etnografía a a la representación y concretando así el “repliegue hacia el texto”. Los autores posmodernos tienden a profundizar la noción de “pluralidad”, reemplazando “la cultura” por “las culturas” en todos los casos, a fin de derribar la “autoridad monofónica” que toma el etnógrafo como herencia de los paradigmas totalizadores. En este afán por representar la multiplicidad de voces, además, la antropología posmoderna reemplaza la metáfora del texto por la del diálogo y la noción de heteroglosia, abriendo una concepción relacional de la cultura.

Finalmente, el programa meta-etnográfico asume a la etnografía como la transformación de una experiencia de campo en texto. A la vez, supone que la cultura está “fragmentada en varios discursos dependientes del contexto y de los sujetos que la enuncian” (2023, p. 77) y aparece una autoridad etnográfica que deriva de la presencia del investigador profesional en el campo, evitando intérpretes o fuentes secundarias. Aquí, el autor hace un extenso recorrido por el desarrollo de los textos etnográficos como objeto de conocimiento para la antropología.

En el último capítulo, se profundiza de forma comparativa sobre los dos “giros textualistas”: el de la historia y el de la antropología. Esto se hace sobre cuatro puntos: la relación entre los hechos, la construcción del objeto, su textualización y la preconfiguración del campo al que pertenecen; los acuerdos metodológicos y el posestructuralismo; el lugar de enunciación asumido; y la experimentación o escritura. Allí se ponen en contraste los preceptos de la antropología posmoderna con la meta-historia de White, encontrando ciertas similitudes pero también diferencias, que suscitan consecuencias teóricas disímiles.

Por último, el autor analiza los posibles abordajes del pasado desde la antropología posmoderna. En esta línea afirma, citando a Jelin (2017), que abordar la memoria entendiéndola como “las memorias” en plural, es decir, como un “campo heteroglósico en disputa” es la postura hegemónica. Señala, además, que la línea antropológica mencionada acota su abordaje a los problemas de representación. Sin embargo, propone pensar la noción de “ficción” desde los aportes de Augé (1998), que “tiene un puente para pensar los límites y potencialidades que la antropología posmoderna puede ejercer como un abordaje de la(s) memoria(s)” (Trovero, 2023, p. 113). De esta manera, entendiéndola como un modo de construcción narrativo, la categoría de “ficción” resulta apropiada para comprender esta dimensión, ya que se convive entre relatos plurales, que tienen su dimensión colectiva y se tensionan entre sí y con el relato singular y propio. Hacia el final del capítulo, Trovero hace un análisis de la literatura testimonial, entiendo un paralelismo entre el “yo estuve ahí” de la narrativa histórica y el del investigador etnógrafo de la antropología posmoderna como lugar de enunciación característico.

Para terminar, el autor nos recuerda el objetivo definitivo: “esclarecer qué tipo de reformulación sobre la conciencia histórica nos pueden traer los planteos experimentales de la antropología” (p. 123) y propone “una dispersión posmoderna animista” que elimine el carácter positivista, omnisciente, del historiador o antropólogo. Una apropiación crítica de los conceptos teóricos desarrollados a los largo de su trabajo, en cambio, puede ayudar a sortear las dificultades para la elaboración y la representación del pasado.

Referencias

Augé, M. (1998). Las formas del olvido. Barcelona: Gedisa.

Geertz, C. (1987). La interpretación de las culturas. México: Gedisa.

Geertz, C. (1989). El antropólogo como autor. Barcelona: Paidós.

Jelin, E. (2017). La lucha por el pasado. Cómo construimos la memoria social. Buenos Aires: Siglo XXI.

Reynoso, C. (2008). El surgimiento de la antropología posmoderna. México: Gedisa.

Sazbón, J. (2008). Nietzsche en Francia. Buenos Aires: Universidad Nacional de Quilmes.

White, H. (1973). Metahistoria. La imaginación histórica en la Europa del S. XIX. México: Fondo de Cultura Económica.



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